El centro comercial Calzada 401 es un buen ejemplo del trabajo de dibujo que define la obra de Landa García Landa. A pesar de que este complejo responde tipológicamente a un patrón comercial establecido (su planta maximiza el espacio aprovechable y lo hace visible desde el exterior), el despacho produjo una serie de detalles que constituyen un conjunto muy expresivo. La calidad de los detalles crea un ambiente donde la precisión geométrica funde como principio estético y compositivo.

Los escalones de las escaleras metálicas, a pesar de tener solo una pulgada de peralte, no tienen vibración gracias a la doble alfarda central que los sostiene. Los puentes peatonales que por razones funcionales no podían estar sostenidos por columnas, cuelgan de una expresiva armadura de tensores de acero inoxidable. Los elevadores se encuentran dentro de cajas de cristal que hacen visibles sus mecanismos.

Por otra parte, el uso dado al concreto blanco y los tragaluces en los techos volados rememoran la obra de Irving Gill, arquitecto californiano de principios del siglo XX, que buscó crear una arquitectura para su contorno histórico y geográfico.